martes, 15 de julio de 2014

¡Ey, prestadme un poco atención! ¡Por favor!


¿Qué tal?

Han pasado unos días desde que comenté por Facebook que ya he terminado la etapa de bocetaje correspondiente a la novela gráfica en la que llevo inmerso desde...

(silencio doloroso)

¿Principios del año pasado? ¿Cuando aún no había terminado la carrera?
Dios mío...

Bueno, en realidad el grado de inmersión ha sido progresivo. Lo que al principio era un proyecto de improvisación que luego ya me auto-editaría "si eso" acabó en el triste abandono. Tan pronto como me di cuenta de mi incapacidad para improvisar más allá de las diez páginas para contar algo interesante, lo dejé para ponerme con Ratón Manía y el Capricho a color -sí, fue la primera versión-. Meses después comencé a llenar un par de cuadernos con lo que finalmente serían los diseños y el borrador de un guión que aún hoy día sigue sufriendo cambios.

 Hoy día que, como ya he dicho, he terminado de abocetar, plantear composiciones, ritmo narrativo, todo ese trabajo que acaba siendo casi invisible para el común de los lectores en caso de que lo hayas hecho bien.

Ahí está una de las dobles páginas más raras que he hecho hasta la fecha. Abocetada, claro.
Confío en que no entendáis nada de lo que ocurre.

¿Es mi caso? Diría que en este trabajo está el mayor de los empeños puestos hasta ahora. También creo fuertemente que uno tiene derecho a equivocarse, ¿eh? Sobre todo en sus primeras veces. Y  no es una coartada. La cuestión es ser honesto y no pasar por alto ningún error, incluso si eso implica comportarse como un neurótico de manual y anunciar la rendición una o dos veces por mes entre lágrimas y babas descontroladas. Decía Chris Ware que hay que aprender a convivir con la desesperación, y probablemente se refiere a algo así, aunque no veo necesario llegar a sus extremos. Soy demasiado joven y mi piel es muy tersa y brillante como para inmolarme por la causa del cómic.

Respeto máximo a este señor. Y por qué no decirlo: me fascina su cabeza en todos los sentidos.
Perdón.

Haciendo recuento de las páginas abocetadas y sin ninguna intención más que de arreglar o reformular aquello que no termina de convencerme -que no voy a añadir más páginas, que ya está todo contado-, han acabado saliendo más de 150 donde sigo probando cosas nuevas, porque es divertido y relativamente cómodo usar un medio expresivo como el cómic para experimentar. Una forma de experimentar es que al ser un trabajo de mayor envergadura, he tenido que armarme con un mayor número de referentes, que es como trabajan los autores: mirando el trabajo de otros, consumiendo todo tipo de sustancias dañinas y haciendo un calvario de la vida de sus seres cercanos. Es broma, nadie tiene por qué salir herido.



No voy a ponerme a hablar -iba a hacerlo- de referentes, nombres y motivos sin que nadie me lo pida, porque sería terriblemente pedante. Y que no se me da especialmente bien escribir, joder.

Perdón otra vez.

Iré subiendo alguna cosa, ya saben. Dentro de un tiempo.

Estoy abierto a preguntas y muestras tanto de afecto como de interés.

No sé muy bien qué he dicho con todo esto, pero sentía la necesidad de decir algo.
¡Saludos!

Una de nuevo material

Colaboración para Qué he hecho yo!
Historia completa aquí:

Nueva entrega de Mañana serás papá. Entrega #2.
Historia completa en TIK TOK.


Y algunas ilustraciones que hice como vía de escape: